domingo, 19 de febrero de 2017

LA IMPRECISIÓN DEL QUERER

Llega un momento de la vida en el que descubres que el verbo querer es demasiado impreciso, en lo que a lo sentimental se refiere, como para definir el matiz exacto de la forma en que sonrío cuando llega una carta tuya, o para recoger siquiera el cúmulo de ideas ingenuas que vuelan tras tu recuerdo cuando me abrazo a la almohada al dormir; pero que tampoco abarca mi devenir indiferente a tu añoranza el resto del día, o mi admiración ante los ojos que me miran despistados, las caderas hipnóticas o la risa a traición de otras tantas mujeres que casi podrían ser tan especiales como tú.

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