lunes, 16 de noviembre de 2015

La gente normal

Salen sigilosamente de las habitaciones de sus hijos después de contarles un cuento y besarles amorosamente las mejillas cuando ya están dormidos. Después cenan en mesas preparadas con esmero: cada tenedor en su sitio, las copas a la distancia correcta de los platos y cubiertos. Luego escuchan un aria en la biblioteca mientras comentan sosegadamente las noticias del día que se extingue con sus esposas. Rezan las oraciones a su dios: el nuestro pero con diferentes profetas. Son gente normal, como éramos tú y yo, ciudadanos que hacen su trabajo, igual que hacíamos nosotros; hasta que salen por la puerta de casa y pasean entre nuestros barracones.

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