sábado, 21 de noviembre de 2015

EN LA OTRA ORILLA DEL TÁMESIS (reseña literaria)

Cherchez la femme!


Alejandro Dumas padre acuñó esta expresión en Los mohicanos de París para manifestar que cuando un hombre empieza a hacer cosas extrañas o a comportarse de una forma no habitual, para encontrar la razón de dicha conducta no hay más que buscar a la mujer tras la que se mueve la voluntad del hombre, algo que se ha convertido en un cliché de la novela pulp detectivesca (según el artículo de Wikipedia…).

Esto podría ser un spoiler de En la otra orilla del Támesis (editorial SoldeSol), la primera novela publicada en papel por la autora Sarah Thomas; pero no lo es porque hay muchas más motivaciones en los movimientos de los personajes de esta historia.

¿Y de qué va esta historia?




En la otra orilla del Támesis comienza con su protagonista, Adrian, sentado en un banco frente a las Casas del Parlamento haciendo todos los días lo mismo: dibujando a una mujer, Eva. Y es otra mujer, Claire, la que acudirá a sacarlo de su ostracismo, interrumpiendo impertinentemente el exilio voluntario que Adrian se ha impuesto en un banco de la orilla del Támesis.

A partir de aquí descubriremos que Adrian es un entendido en arte, alguien a quien se disputan los museos londinenses y cuya relación tormentosa tanto con Eva en el pasado como con Claire en el presente son causa y/o consecuencia de los eventos que se irán desarrollando a lo largo de la narración, con personajes espiándose mutuamente de una orilla a otra del Támesis, con vidas que se cruzan como lo hacen los puentes sobre el río y con el robo de un valioso cuadro en la Tate Gallery.

Pero, ¿quién roba el cuadro? ¿Por qué lo hace? ¿Quiénes son los personajes que van y vienen por Londres vigilándose unos a otros y jugando al escondite por las calles y puentes de la capital britanica, conocedores todos de que algo va a pasar a excepción del personaje principal, Adrian?

Plantear esas preguntas y enseñarte la respuesta de forma velada es algo que hace muy bien Sarah Thomas. Consigue mover a los personajes por la ciudad, contándonos todo lo que hacen, mostrándonos sus pensamientos pero jugando a velar su identidad, a ocultarnos quién es quién en los sucesivos saltos en el tiempo y a uno y otro lado del Támesis. Así, veremos a personajes pintando cuadros, haciendo fotos a hurtadillas, tomando nota de los movimientos de los otros, allanando moradas, pero en ocasiones no sabremos quién lo hace, o por qué lo hace. Y todo esto, que podría ser un lío tremendo, es al contrario un mecano comprensible no sólo en el espacio sino también en el tiempo (yo adiviné algunas de las respuestas antes de que la autora lo desvelara). Y es que todos los protagonistas de esta historia tienen un pasado, una mochila sentimental que ha ido conformando su personalidad y las motivaciones con las que actúan y que es necesario enseñar. La forma y momento en que se nos muestra este pasado es otro de los aciertos de Sarah Thomas, que modela de una forma precisa y con un amplio fondo la actuación de sus personajes.

Pero no sólo los personajes de carne y hueso son protagonistas de esta novela. Al igual que en los libros de Sherlock Holmes, Londres y su clima, el Támesis y sus puentes, son también protagonistas. En la otra orilla del Támesis me recordó en ocasiones, gracias a este juego al escondite entre sus personajes, a la también londinense Un pez llamado Wanda, aunque sin la parte de comedia; en otras era El gran robo del tren (Michael Crichton, 1975) donde se describe de una forma minuciosa y excelente el Londres de mediados del XIX y su sociedad (como hace parcialmente Sarah Thomas con el Londres actual); sus saltos en el tiempo, los personajes «perdidos» por esta ciudad y la canción Yesterday, que se llega a escuchar en un pasaje, me rememoraron a Las puertas de Anubis (Tim Powers, 1983); incluso la Londres bulliciosa y la Londres oscura y desierta de La guerra de los mundos (Herbert George Wells, 1898) llega a asomar en En la otra orilla del Támesis.


En resumen, la primera novela en papel de Sarah Thomas es un compendio de vidas cruzadas con motivo del robo de un cuadro, una narración a veces sosegada, en otras con una acción rápida pero elegante, y otras tantas reflexiva, que te llevará de la mano saltando de una orilla a otra del Támesis en busca de un Abstracto infinito más que de la femme.

La autora entrevistando a uno de sus personajes en la presentación del libro.

Podréis encontrar esta novela en:
  • Almería: Librería Bibabuk, Librerías Picasso, Librería Nobel.
  • Roquetas de Mar: Librería Metáfora, Librería Cervantes.
  • Vera: Librería Nobel Vera
  • Elche: Ali i truc.
  • Sevilla: El gato en bicicleta, El viajero sedentario y El gusanito lector.
  • Granada: Librería Picasso.
  • Amazon

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