lunes, 24 de agosto de 2015

LA NUEVE

Hace unos meses escuché en la radio la epopeya de algunos integrantes de La Nueve, una compañía de la División Leclerc del Ejércio de la Francia Libre. Sabía de la existencia de esta división que por estar integrada por antiguos soldados de la Segunda República Española era conocida dentro del mismo ejército francés como La Nueve, en castellano. No hace mucho, la alcaldesa de París, de ascendencia gaditana, les dedicó una plaza en la capital que ellos ayudaron a liberar siendo los primeros que entraron a la ciudad aún ocupada por los nazis.

Pensé que la historia de esos hombres merece ser contada a lo grande. Yo por mi parte, les dedico, hoy que es el aniversario de su entrada a París el 24 de agosto de 1944, un pequeño relato que escribí aprovechando una primera frase del concurso Relatos en Cadena de la SER.



NUEVE

—Con cada vuelta del tambor de la lavadora en régimen normal, que dura unos setenta minutos, se consume de media uno coma cinco julios. Sin embargo, durante los cuatro minutos que dura el centrifugado se consume un millón doscientos mil julios. Esta última fase supone el setenta por ciento del gasto energético del electrodoméstico. Si el otro veintinueve por ciento de la energía se gasta en calentar el agua, ¿cuántas revoluciones por minuto alcanza la lavadora durante el centrifugado?

Todos sus compañeros echaron mano de las calculadoras, pero él quedó eclipsado por la palabra revolución. Mientras los demás obtenían porcentajes y consumos él huía de los bombardeos en un viejo vapor rumbo a Orán. Ella, a su lado, dejaba caer una calculadora de las manos para apartarse de la cara el pelo que el viento húmedo y salado le arremolinaba frente a los ojos. Su mirada interrogativa se dirigía a la costa que comenzaba a dibujarse por la proa. Él la abrazó prometiéndole que, juntos, tomarían París.

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